Bajo el cielo invernal de la provincia y envueltos por el sonido de instrumentos ancestrales, comunidades mapuche del territorio lafkenche se reunieron para dar la bienvenida a un nuevo ciclo solar, marcando el We Tripantu —o Wiñoy Xipantv—, el renacer del sol y de la Ñuke Mapu (madre tierra). El evento tuvo lugar en el Centro Ceremonial Indígena de San Antonio y convocó a autoridades, vecinos y representantes del mundo indígena en un espacio de recogimiento, espiritualidad y comunidad.

Organizada por la Mesa Comunal de Pueblos Originarios y respaldada por la Municipalidad de San Antonio, la actividad comenzó al alba con rogativas y ofrendas a la tierra. El sonido del cultrún, la trutruca y la pifilka marcó el ritmo del purrún (danza ceremonial), mientras las lagmien (hermanas) alzaban sus plegarias al Ngenechen, pidiendo salud, buenas cosechas y equilibrio para este nuevo ciclo.

Desde el municipio, el concejal Manuel Meza, quien ofició como alcalde protocolar durante la jornada, valoró la profundidad de esta celebración que, año tras año, forma parte del calendario comunal. Señaló que el We Tripantu no solo es una expresión cultural, sino también un acto de reivindicación y pertenencia. “Estas ofrendas a la tierra simbolizan el deseo de un año próspero, pero también representan un llamado a fortalecer el compromiso institucional con los pueblos originarios y sus tradiciones, que son parte esencial de nuestra identidad local”.

En la misma línea, el concejal José Ibarra, presidente de la Comisión de Cultura, destacó que esta ceremonia ofrece un espacio para la reflexión y el reconocimiento de las raíces ancestrales que habitan el territorio. A su juicio, la participación activa del municipio refleja un respaldo concreto al fortalecimiento de la cultura indígena. “El We Tripantu es un momento profundamente significativo para nuestras comunidades. Acompañar estas prácticas es reafirmar nuestro compromiso con la diversidad y la memoria colectiva que sostiene a San Antonio”.

Por parte de las organizaciones indígenas, Sonia Huencho, secretaria del Consejo de Pueblos Originarios y dirigenta de la Red de Microempresarios Indígenas, resaltó el carácter espiritual de esta conmemoración. Relató que las plegarias se enfocaron en pedir por el bienestar para niñas, niños, jóvenes y adultos, así como paz en los territorios afectados por el conflicto y abundancia para las familias. “Este ha sido un mes lleno de actividades, y culminaremos el 28 de junio con una ceremonia junto al mar, en la playa de Llolleo, donde instalaremos el Chemamul. Ese lugar representa para nosotros una conexión ancestral con el océano, fuente de vida y energía”.

Durante lo que resta del Mes de los Pueblos Originarios, se desarrollarán nuevas actividades de carácter formativo, artístico y ceremonial. Más información está disponible en www.sanantonio.cl y en las redes sociales institucionales.