En la comuna de San Antonio, un innovador proyecto piloto de entrega de medicamentos a domicilio ha marcado un antes y un después en la atención de salud rural. Iniciado en abril bajo la dirección de Daniela Gallegos, el programa ha enfrentado numerosos desafíos logísticos y operativos, pero ha logrado importantes avances en sus primeros siete meses.
El proyecto, que beneficia a adultos mayores y personas con discapacidad, ha requerido un esfuerzo significativo por parte de los funcionarios encargados de distribuir los medicamentos. “No es fácil, no se trata solo de entregar un medicamento; hay una logística detrás para gestionar territorios y determinar quiénes son los beneficiarios”, explica la directora. A pesar de los errores iniciales, el equipo ha implementado mejoras continuas con el apoyo de químicos farmacéuticos, asegurando que los medicamentos se conserven a las temperaturas adecuadas y que las entregas sean más eficientes.
Gladys Tovar, técnico de enfermería a cargo de la posta de salud rural de Cuncumén, destaca el impacto positivo del proyecto en los vecinos y vecinas. “Nos ha permitido acercarnos a nuestra comunidad, especialmente a aquellos con dificultades para llegar a la posta”, comenta. La entrega de medicamentos a domicilio no solo facilita el acceso a tratamientos, sino que también permite a los profesionales de salud monitorear el estado de los pacientes y coordinar citas médicas cuando es necesario.
Rodrigo Murillo, conductor del móvil del programa piloto, comparte su satisfacción al formar parte del proyecto. “Es gratificante poder contribuir con la comunidad y apoyar a los funcionarios en la entrega de medicamentos a pacientes postrados, con discapacidad o con problemas de movilidad en zonas rurales”, afirma. A pesar de los desafíos iniciales para implementar las rutas de entrega, el equipo ha logrado sectorizar y guiar sus recorridos con éxito, ganándose el cariño y la gratitud de los pacientes.
Macarena Arévalo, cuidadora de un paciente beneficiario, expresa su agradecimiento por el servicio. “La farmacia móvil ha funcionado muy bien. Cuando llega la fecha de entrega de los medicamentos, todo se realiza de manera eficiente”, comenta. La implementación del proyecto ha sido especialmente beneficiosa para las personas postradas y de edad avanzada, facilitando su acceso a los medicamentos necesarios sin tener que desplazarse.
Con un promedio de 243 beneficiarios mensuales y picos de hasta 297 personas atendidas, el proyecto sigue creciendo y enfrentando nuevos desafíos. La visión de mejora continua del equipo ha permitido superar brechas significativas, como la falta de direcciones en áreas rurales, mediante la creación de un mapa georreferenciado de los usuarios. “La idea es seguir creciendo y enfrentar nuevos desafíos”, concluye Gallegos, reafirmando el compromiso del equipo con la comunidad de San Antonio.
Este proyecto piloto no solo ha mejorado la calidad de vida de los beneficiarios, sino que también ha fortalecido el vínculo entre los profesionales de salud y la comunidad, demostrando que con dedicación y profesionalismo, es posible transformar la atención en zonas rurales.