Los niños y niñas de la población Bruselas I jugaron un partido de fútbol con algunas diferencias a la típica “pichanga” de barrio. Esta actividad pretende generar un espacio sin violencia en que los pequeños deportistas puedan pasar un momento positivo. Guiados por un profesor altamente capacitado para trabajar con grupos vulnerables, los niños y niñas en un primer momento conversaron sobre las reglas que iban a regir el partido. Así, por ejemplo, si un jugador decía un garabato, el equipo perdía puntos, o al momento de hacer un gol, todo el equipo debía celebrarlo sino, no se cobraba. La idea era generar un espacio de juego en que la violencia quedara fuera. Esto corresponde al “Proyecto de Prevención Psicosocial Prevención Comunitaria del Delito y la Violencia Bruselas I y II, sector Bellavista Alto 2018”, perteneciente al Programa Plan Comunal de Seguridad de la Dirección de Gestión Social de la Municipalidad de San Antonio. “Todos quedaron felices y contentos” El profesor David Astorga reconoció que si bien cuesta que los niños y niñas se pongan de acuerdo porque “la mayoría son de personalidad dispersa, inquietos, vienen con ansiedad y, a veces, es difícil que se concentren”, finalmente “todos quedaron felices y contentos”. Astorga agradeció la colaboración de todo el equipo, el apoyo de la Compañía de teatro “Mala Junta”, quienes apoyaron haciendo la locución del partido y animando a los chicos y chicas a jugar con alegría y compañerismo. También agradeció al equipo de la dirección de Gestión Social, así es que “no me queda más que agradecer por haber podido participar en esta instancia”. Francisca Pontillo, coordinadora del equipo ejecutor del año 2018, explicó que como grupo de trabajo están enfocados “a fomentar la participación ciudadana, y disminuir la violencia vecinal a través de la solidaridad y la organización barrial”. Además, se pretende promover fuertemente la participación y coordinación de las redes comunitarias. “Este programa ha sido un éxito” Para la dirigenta vecinal, Sra. Pastora Fernández, el taller de fútbol callejero fue “muy bueno y satisfactorio”, porque “la idea es inyectar a los niños a cosas positivas para sacarlos de su entorno”. Además, la dirigenta vecinal explicó que en general se juntan a hacer “pichangas” de barrio, pero que son con muy pocos niños, a veces de a dos o tres en cada equipo, en cambio en esta oportunidad se reunieron casi 30 niños y niñas entusiasmados con jugar a la pelota, además, “ahora se juntaron de distintos sectores y eso es un cambio importante y para ellos, quedaron felices”. “Fue muy bacán” Alguno de los jugadores que participaron expresaron sus opiniones al término del partido. Lucas Orellana expresó que “me gustó, fue muy bacán y muy bueno el partido… no importa que hayamos perdido, hay que seguir, nos vamos a seguir esforzando para llegar a ser los mejores”. Además, dijo que había aprendido algo nuevo, que “no hay que decir garabatos, no hay que pegar, solo hay que meter goles”. Una de las niñas que jugaron también agradeció la instancia y manifestó que le gustó y que “espero jugar de nuevo”, y reconoció que era “más de pases que de goles”. Gabriel Vera, un destacado arquero de la cancha de Bruselas I, contó que había ido a jugar con su hermano y que, con los otros niños y niñas les había costado ponerse de acuerdo un poco, “pero al final resultó bien”. Además, dijo que había aprendido que “lo importante no es ganar, sino divertirse y ahora lo pasamos bien, hasta metí un gol y de arquero metí otro pero no vale… y, obvio, ¡atajé hartos igual!”. Una promesa fue Paola Núñez, quien no había jugado antes y esta fue su primera vez. Ante su nueva experiencia contó que lo pasó muy bien y le gustó jugar con los otros niños, “no me caí ni me pegaron”, dijo. Además, envió un mensaje a otras mujeres que no han jugado a la pelota: “busquen un lugar para jugar y jueguen porque no da tanto miedo… incluso, estuve a punto de meter un gol”.