Se llama Francisco, pero todos lo conocen como "El Rucio". Lo echaron de 6 colegios de San Antonio antes de que le dieran una nueva oportunidad en el Colegio San José de Calasanz, en la población 30 de Marzo. El, junto a un grupo de 100 niños y niñas del colegio se encuentran participando en el Programa de 4 a 7, que provee cuidado infantil a niños de entre 6 y 13 años, hijos de madres trabajadoras, las que pueden dedicarse tranquilamente a sus labores mientras sus hijos e hijas participan en talleres a cargo de monitores especializados que trabajan con ellos hasta las 19.00 horas, momento en que son retirados por sus madres desde el Colegio. Este es precisamente el propósito del Programa de 4 a 7, contribuir a la inserción y permanencia laboral de las madres y/o mujeres responsables del cuidado personal de niños y niñas de 6 a 13 años, mediante la entrega de protección, atención y apoyo al desarrollo del aprendizaje, después de la jornada escolar. Pero la experiencia de quienes trabajan en el programa trasciende este noble propósito. Así lo estima el director del Colegio San José de Cala-sanz, uno de los 10 establecimientos que imple-mentan el programa en 6 comunas de la Región de Valparaíso. "Este programa ha permitido que los alumnos desarrollen otras tareas, que mejoren como personas y se relacionen de mejor manera entre ellos. Han mejorado su rendimiento y han adquirido nuevas habilidades. Sus entornos familiares también han recibido estos beneficios y existen mejores relaciones al interior de la casa". Las normas que se imponen y los valores que se entregan a alumnos y alumnas en el trabajo de taller son los factores que más han influido en la mejora de los índices de conducta y convivencia escolar, concluyó el Director. Por su parte, David Sánchez, monitor del Taller Instrumental y Vocal, explica que para él este programa se ha transformado en un espacio que lo llena de satisfacción y gratos momentos. "Yo vi talentos vocales en niños y niñas del programa y aptitudes para tocar instrumentos, entonces incorporé flautas dulce, guitarra, charango, bongó, módulo de batería y teclado y comenzamos a trabajar y desarrollar esas habilidades. La gracia es que tocamos música del folklore americano lo que implica identidad con la música que se práctica", señala el monitor. Quienes se encuentran más agradecidas con este programa son las mamás de niños y niñas que participan del programa. El Programa de 4 a 7 les ha solucionado un problema que comparten las mamás que trabajan en todo el país, el cuidado infantil. Gracias a esta iniciativa del Servicio Nacional de la Mujer pueden trabajar y capacitarse tranquilas sabiendo que sus hijas e hijos están en un espacio protegido y aprendiendo nuevas habilidades. Así lo estima Elena Chacón, madre de dos menores, quien expresa: "Yo valoro mucho este programa que me permite trabajar y hacer mis cosas tranquila sabiendo que los niños están protegidos y aprendiendo en el Colegio" Pero sin duda, los estudiantes que participan de este programa son quienes más lo disfrutan. El Rucio o Francisco señala que le encanta cantar, mirando su cara se nota que disfruta lo que hace. "Yo cantaba siempre, desde antes de llegar a este Colegio. Cuando llegué al San José de Calasanz y me di cuenta que había un taller de música entre a participar enseguida". Francisco entro al Programa de 4 a 7 y, tal como el lo relata, se interesó inmediatamente en participar en el Taller de Música, una de sus grandes aficiones. Allí, de la mano de su monitor, ha aprendido a tocar flauta y esta empezando a tocar teclado, lo que lo tienen muy contento. Según cuenta "Pancho", desde que participa en el Taller su conducta ha cambiado y ya no pelea con nadie, pero lo que más ha notado es que su rendimiento mejoró hasta llegar a ser uno de los mejores alumnos de su curso. Sin lugar a dudas que el Programa de 4 a 7 ha cambiado la rutina de muchos niños y niñas en los colegios en que se ha implementado y sus beneficios van más allá de ofrecer cuidado infantil a las madres que trabajan. Los estudiantes han visto como es posible desarrollar talentos artísticos o deportivos, han aprendido a trabajar en equipo y también a desarrollar habilidades sociales. Fuente: Diario Proa Regional Jueves 25 de Octubre 2012